Armarios empotrados

El armario empotrado es una excelente opción para aprovechar el espacio en casa. A continuación te damos todas las razones y claves para elegir el tuyo: ventajas, materiales, diseño…

Principales ventajas e inconvenientes de los armarios empotrados

Entre las ventajas destacamos:

  • Tienen más capacidad que los armarios convencionales.
  • Favorecen la sensación de orden.
  • Con ellos no se desaprovechan huecos o rincones; todo lo contrario, son un recurso muy útil para la falta de espacio.
  • Resultan más limpios, ya que no hay huecos entre el armario y la pared, tan incómodos de limpiar.
  • Puedes diseñar la organización interior según tus necesidades: pantaloneros, corbateros, zapateros, cajones para lencería, joyeros. Es una forma más fácil de tener todo ordenado y a la vista.
  • Puedes diseñarlos como quieras, y teniendo en cuenta tu presupuesto.
  • Son fáciles de combinar con todo tipo de muebles.
  • Por regla general, si se trata de un buen armario empotrado, duran más que los armarios convencionales.

Por contra, los armarios empotrados presentan un gran inconveniente: no se pueden mover. Con lo cual debes pensar muy bien el espacio al que van destinados dentro de la vivienda y saber que si te mudas el armario se quedará en casa. Aunque visto de otra forma, esto podría considerarse una ventaja si la vivienda es de tu propiedad, ya que puede ser todo un aliciente como otro reclamo más para venderla. Si es el caso, haz saber al posible comprador el ahorro  que conlleva el que no tenga que comprar el mueble.

Aspectos a tener en cuenta en los armarios empotrados

En primer lugar, piensa en el uso que le vas a dar a este tipo de mueble y, en función de esto, elige el diseño. No es lo mismo un armario para almacenar objetos o vestidos de noche, que para una habitación pequeña, en la que queremos tener toda nuestra ropa y complementos bien ordenados y a la mano.

Además, la elección de un tipo u otro radica principalmente en el tipo de puerta:

  • Puertas deslizantes o correderas. Necesitan un fondo de unos 10 cm para colocar las guías. Además de tener una estética muy bonita, tienen un gran ahorro de espacio, ya que las puertas no tienen que abrirse del modo convencional.
  • Puertas abatibles. Son más económicas que las anteriores. Deben tener 60 cm de ancho por 250 de alto. Es muy importante que recuerdes dejar el espacio suficiente para abrirlas y elegir unas bisagras de calidad.
  • Puertas plegables. Al igual que las abatibles son de 60 cm. Necesitan una guía superior e inferior para plegar las puertas. Y también hay que dejar un espacio para abrirlas.

Con respecto al material, el tablero de aglomerado de partículas chapado en melanina es una opción económica y que da un resultado muy parecido a la madera natural.

La elección del acabado y diseño plantea todo un sinfín de posibilidades: Una de las tendencias más en boga es que las puertas lleguen al techo aprovechando al máximo el espacio. Y puedes optar por el interior forrado o pintarlo con pintura plástica, pero esto ya lo veremos en otro momento.

Además, las puertas pueden ser de paneles japoneses (tablero en cuadrícula), lisos de colores o lisos con decoración. Otra opción es poner espejos, en cuyo caso te aconsejamos que se incorpore un tablero en la parte posterior, para que si se rompe el cristal no se caiga al suelo.

Por último valora siempre diferentes presupuestos, comparando los materiales empleados, el interior, el servicio de postventa, etc. Apuesta siempre por empresas con experiencia en el sector.

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